Xinhua

El papa Francisco pidió diálogo en la convulsa Venezuela y a los colombianos “no dejarse robar la esperanza” a su llegada ayer a un país que busca superar el último conflicto armado del continente.


“Que nadie los engañe, no se dejen robar la esperanza”, dijo Francisco a los fieles que se congregaron en la nunciatura en Bogotá antes de darles la bendición.


Francisco está de vuelta en América Latina para ayudar a Colombia a seguir “adelante en su camino de paz”, según expresó a los periodistas que lo acompañaron en el avión.


El jefe del Vaticano apoyó sin vacilaciones el acuerdo que condujo al desarme y transformación en partido político de las rebeldes FARC después de medio siglo de enfrentamiento.


Camino a Colombia, donde permanecerá hasta el domingo, el pontífice de 80 años pidió una “oración para que pueda haber diálogo con todos” en Venezuela, y le envió un telegrama al presidente Nicolás Maduro en el que abogó por la “solidaridad, justicia y concordia”.



Simbolismo de reconciliación


El papa fue recibido por el presidente Juan Manuel Santos y antes de iniciar su primer recorrido en el papamóvil, saludó a militares y policías heridos en combate.


En el aeropuerto, el hijo de una exrehén de las FARC que nació en cautiverio le entregó la escultura de una paloma, símbolo de paz.


“Después de tantos años, guerra y conflicto, quién mejor que el Santo Padre para estimularnos a dar el primer paso hacia la reconciliación”, afirmó Santos a la prensa.


Miles de personas salieron a las calles a darle la bienvenida a Francisco a Colombia, el séptimo país con más católicos en el mundo.


“Qué viva la paz”, gritaban los fieles entre los que había víctimas del conflicto.


“Yo sé que la historia de nosotros, él la palpa, por eso creo y tengo mucha fe (en) que la llegada del papa nos va a cambiar”, dijo Alba Quiñonez, de unos 50 años y quien perdió a su esposo en el conflicto.


La agenda de Francisco continuará hoy en Bogotá, donde oficiará la primera de las cuatro misas en Colombia y se reunirá con jerarcas de la Iglesia católica de Venezuela durante un encuentro con el Consejo Episcopal Latinoamericano.